Coraz�n a fuego 1� 

Que se guarden tu palabras en mi boca , que cerrada tus manos hagan volar mis palabras, que una sonrisa pinte tu cara y la mia por no volver a ver 

Se puede aceptar tu cabello dosil en mi pecho despertar durante las ma�ana h�medas de la ciudad
Mirar el sol entrar por cada lugar en la habitaci�n e inundar de color
Puedo aceptar tu desnudes, pero solo en mi
No quiero pensar en como podr�an los rayos del sol ba�arte desnuda sobre mis blancas sabanas arrugadas luego de tu noche as�
Ni mirar�a tu sol radiante, tus soles abiertos al mar, mirando la brisa, sintiendo las olas
Chocar�as de frente con la pared que te hacer golpear mi pecho amarrado a las manos sueltas que sueles tener
No perdonar�a que digieras te quiero mientras te ba�an los rayos ni cuando te mese la luna, no perdonar�a tu enga�o in�til con tal de ser mi arma de celo
Celar�a cada parte de mi piel dorada, no bronceada, es que el rayo que te toco hizo rebotar tu belleza
Es que no me sentar�a a esperar que todo esto ocurra, es que acaso es tan distante tu ser a mi que solo puedo en l�neas aclarar, es que acaso estas l�neas no llegan a ti, no pueden no rozan
Es que la m�sica de tu voz trata de esconder que puedes sentir mas que un simple gemido dulce salir extaciada por que los rayos te tocan
Si este sue�o tan simple no vuelve coherente la uni�n de mis frases, dame tu rayo que mese mi luna, dame tus labios que dejen sin duda. 

Espantapajros 1- Oliveiro Girondo

No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos
como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de
papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que
amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el
primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en
esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no
sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan
seducirme!

Está fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente,
de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos
sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y
sus miradas de pronostico reservado?
¡ María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del
comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún
paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un
puntito rosado. "¡ María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos
segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme,
volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos
aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en
una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja
muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡ Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver,
de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los
días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna
clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una
diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que
tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una
mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me
es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más
que volando.

Afrodita

Recostada de pechos, los codos hacia delante, separadas las piernas y en la mano la mejilla, picaba con un largo alfiler de oro simétrico agujeritos en un almohadón de lino verde.
Desde que despertó, dos horas despues de medio día,y fatigadisima de haber dormido demasiado, sola habia permanecido en el revuelto lecho, cubierto de un lado unicamente, por un espeso madejón de cabellos.
Era deslumbrante y densa de cabellera, suave como la marta, mas larga que un ala, dócil, abundante,animada,caliente.Cubría la mitad de la espalda;se extendia bajo el desnudo vientre; brillaba todavia hasta muy cerca de las rodillas....


Estracto de Afrodita de Pierre Louÿs

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Amar es como odiar o ¿Odiar es como amar?
Da igual, ahora ninguna de las dos
Me dijiste fumando un delgado cigarrillo y yo trataba en no resbalar.

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Era verla así sentada cepillando una y otra vez
Eramirar sus ojos en el reflejo del espejo
Eera sentarse frente a su mirada y que no me viera
Un amor ciego, un cariño ciego
Sentado como en un banco blanco, caia mi vestido
Como en tus rodillas blancas, tus ojos grandes, tu piel suave, tu piel limpia
Era como mirarla de reojo, era como sentirlo cerca
Es que mi vestido caia lento frente a otros ojos, mi ojos
Y caia mi piel humedecida, cain a mis pies tus lágrimas
Se sentia el calor del dia, la brisa de las noche junto a las orillas de tus ojos, de mi manos, que miel dulce, que agua dulce, que amor inquieto.
Que no sueñes esta noche , que no piense este dia.